¿Qué pasa con el maíz transgénico en México?

¿Qué pasa con el maíz transgénico en México?

  • Existen dos posturas irreconciliables en el asunto: por un lado las organizaciones que defienden y promueven la variedad de tipos de maíz con que cuenta el país, y por otro, las empresas que quieren invertir en los granos genéticamente modificados. Ambos frentes presentan argumentos, pero ¿cuál es la mejor opción para el país?

 Redacción

sdpnoticias.com

30 de octubre de 2013

Qué pasa con el maíz transgénico en MéxicoLa siembra comercial que incluya maíz transgénico se encuentra restringida en México, por lo menos de manera temporal, como resultado de una medida ordenada por un juzgado mexicano.

El 12 de agosto de este año, la organización AgroBIO entre cuyos miembros se encuentran empresas como Bayer, Dow AgroSciences, Monsanto, Pioneer y Syngenta, y que emprendió una campaña llamada «La Neta de tu Planeta», donde se hablaba sobre las semillas genéticamente modificadas y se buscaba convencer a la sociedad sobre los beneficios de aprobar las siembras comerciales.

A principios de octubre el Juzgado Federal Décimo Segundo de Distrito en Materia Civil, con sede en el Distrito Federal, emitió una medida precautoria que ordena a la Secretaría de Medio Ambiente(Semarnat) y a la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) denegar permisos para la siembre de maíz transgénico en las escalas experimental, piloto y comercial en México.

Las empresas y las organizaciones defienden su punto de vista acerca del tema. Por una parte las empresas argumentan que la siembra comercial de maíz genéticamente modificado se realiza en 28 países y la producción en 59 de ellos a nivel mundial. Las organizaciones consideran que México es poseedor de una de las variedades más amplias de maíz que está intrínsecamente relacionada con la herencia de los grupos étnicos.

En México, la fase experimental y piloto del maíz transgénico se lleva a cabo en algunas regiones de Sinaloa, Tamaulipas, Coahuila, Sonora y Chihuahua. Sin embargo, AgroBIO asegura que desde 1996 el grano transgénico es consumido en México, por lo que el directivo Alejandro Monteagudo argumenta que su uso ha demostrado ser seguro.

Monteagudo también pone énfasis en las afectaciones que podría traer consigo que la siembra del maíz modificado no se lleve a cabo en México, sobretodo por la dependencia que el país podría desarrollar hacia las importaciones.

Las organizaciones sostienen que el país cuenta con 59 razas y miles de variedades de maíz nativo, por lo cual México se ubicaría como un país con una enorme diversidad del grano, herencia que proviene de los 62 grupos étnicos en México.

Greenpeace México asegura que de permitir la entrada del maíz transgénico los agricultores que compren las semillas podrían verse obligados a firmar contratos y por ende, las empresas pasarían a ser dueñas de las semillas que produzcan.

La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad asegura que al permitir la siembra de maíz genéticamente modificado se podría perder la variedad con las que cuenta México e introducirlo a una dependencia de la tecnología de las empresas trasnacionales.

La solución a la dependencia de las importaciones para Greenpeace es incrementar el apoyo a los agricultores para incentivar la producción de maíz a través de las prácticas de agricultura sustentable.

En los últimos dos años, el país ha importado un promedio de 1.4 millones de toneladas de maíz, con costos aproximados de 500 millones de dólares al año, mientras el agro mexicano produce un promedio de 21.6 millones de toneladas de maíz anualmente, pero consume cerca de 30 millones de toneladas.

Para la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad la dependencia se explica por la falta de esfuerzos públicos para desarrollar el campo mexicano, aunque se puede remediar en el mediano y largo plazo.

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