La UE cede el testigo a los países para decidir si permiten los transgénicos
- España, previsiblemente, no lo prohibirá ya que es uno de los países que intentó favorecer la autorización de cultivos como el del maíz transgénico.
- La medida pone fin a más de diez años de enfrentamiento entre los países a favor, como Reino Unido y España, y en contra, como Francia o Hungría.
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13 de junio de 2014
El maíz o la soja genéticamente modificados podrán prohibirse en todos aquellos países que así lo deseen. Esa es la conclusión a la que ha llegado la Unión Europea después de un debate que ha llegado a poco acuerdo. En el texto que han firmado finalmente, Bruselas da vía libre a los países a prohibir la agricultura de organismos genéticamente modificados (OGM), pero tienen que justificar su decisión.
El consejo de ministros de Medio Ambiente, que se ha celebrado en Luxemburgo, se ha reunido este jueves para acabar ofreciendo competencias a todos los estados que quieran prohibir los OGM en su territorio. La autorización de una agricultura transgénica, por su parte, seguirá siendo una decisión a nivel europeo, como ocurre actualmente.
Esta decisión provoca el fin del bloqueo de los dos bandos que, durante tanto tiempo, han seguido caminos irreconciliables: por un lado, los estados como Francia, Hungría o Austria, que sí quieren prohibir la cultura OMG y, por el otro, los que quieren mantenerla, como Reino Unido o España.
Hasta ahora, el procedimiento de autorización de los OGM no satisfacía a nadie y el bloqueo ha durado cerca de 15 años, según recoge el diario Le Monde. La Comisión autorizaba la cultura OGM después de ser homologado por la Autoridad Europea de Seguridad de los Alimentos (EFSA), pero sistemáticamente se enfrentaba a la hostilidad de los países contrarios a esta cultura.
Por el otro lado, los estados no podían prohibir la agricultura transgénica en su territorio adoptando alguna medida de salvaguardia, por motivos medioambientales y sanitarios. Era un procedimiento muy frágil jurídicamente.
Para acabar con este bloqueo, el Consejo Europeo espera facilitar las autorizaciones de la agricultura transgénica en el seno de la Unión pero los que no lo deseen, podrán prohibirlo en su territorio y, para hacerlo, no hará falta sentarlo sobre bases científicas, sino también pormotivos socioeconómicos, éticos o públicos.
España, previsiblemente, seguirá recurriendo a este tipo de agricultura, ya que parece haber sido económicamente positivo. Por ejemplo, el cultivo de maíz modificado genéticamente batió en 2013 un nuevo récord ya que se ha alcanzado, sólo en España, a una superficie de cultivo de 136.962,45 hectáreas, 20.000 más que en el ejercicio anterior, según datos de la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales.