No se puede hablar de bioseguridad con transgénicos
9 de julio del 2014
Daniela Villanueva*
Los Ángeles PRESS

“El maíz en peligro ante los transgénicos. Un análisis integral sobre el caso de México” fue el título del libro presentado en un evento académico el pasado 25 de febrero en el auditorio Carlos Graef de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Dos científicas independientes, Elena Álvarez-Buylla y Alma Piñeyro Nelson, fueron quienes coordinaron la presentación. El libro editado por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (CEICH), la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) y la Universidad Veracruzana, reúne voces de más de 50 científicos independientes y críticos que muestran su preocupación ante un hecho insólito: la introducción de maíz transgénico en el país que se considera centro de origen y diversificación de la gramínea.
El caso del maíz es el más alarmante de los transgénicos, pues si bien se ha introducido algodón transgénico en nuestro país, que también es lugar de origen de esta planta, se pretende introducir grano genéticamente alterado siendo el alimento fundamental de sus habitantes. No en vano México se considera el pueblo del maíz.
Durante la presentación del libro, destacaron las palabras del exrector de la UNAM y director de la CONABIO, José Sarukhán Kermez, quien dijo: «para quienes no estén enterados, los transgénicos en este país no sirven para nada”. Las palabras del investigador hacían referencia a que los transgénicos necesitan altiplanos y condiciones de extrema industrialización, características que no tiene este país. Por su parte, Antonio Turrent, presidente de la UCSS, explicó que México es capaz de alcanzar la soberanía alimentaria en la producción del maíz haciendo uso de otras tecnologías que están a nuestro alcance. Otras personalidades académicas presentes fueron la Dra. Amparo Martínez Arroyo, Directora del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático; y el Dr. Enrique Leff Zimmerman, Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Días más tarde de ese evento, se presentó en el Centro Telmex-Hub otro libro: “Introducción al ambiente del maíz transgénico. Análisis de ocho casos en Iberoamérica” coordinado por los científicos José Luis Solleiro y Rosario Castañón. Esta edición fue hecha por AgroBIO México y CambioTec y tiene los testimonios de ocho científicos iberoamericanos. Durante la presentación se destacó a la Dra. Natalhie Campos Reales, Secretaría Ejecutiva de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM). Sabemos que AgroBIO es la asociación civil que integra a las empresas que promueven la siembra de transgénicos en México. Es decir, es la cara civil que muestran empresas como Monsanto y Syngenta.
Unas de las principales preguntas que surgen es: ¿qué hacía la CIBIOGEM (organismo público) presentando un libro editado por empresas privadas trasnacionales? ¿Por qué la comisión encargada de salvaguardar la bioseguridad en el país tiene una postura de juez y parte?
Los Ángeles Press tuvo acceso a un correo electrónico en donde se manifiesta claramente que Agrobio dicta a la secretaría ejecutiva de la Cibiogem utilizar sus órganos de consulta para criticar el análisis de los científicos independientes vertido en el libro El maíz en peligro ante los transgénicos. En un primer momento, en el correo se denuesta el esfuerzo de científicos independientes que han aportado al debate sobre la introducción del maíz transgénico:
En un segundo momento, en el correo enviado por Agrobio se les dicta a los científicos dar “seguimiento a una propuesta oficial de la Cibiogem de hacer un análisis elaborado por los integrantes de sus diferentes Comités (como base para la recomendación a autoridades sobre afirmaciones atendibles o directamente refutadas)”. En dicho correo se envía una propuesta de participación dirigida a los científicos para refutar el prefacio, la introducción, los 17 capítulos, las conclusiones y el epílogo del libro editado por la UCCS y la UNAM.
En el correo se les envía una tabla anexa en donde se asignan los capítulos del libro a personas u organizaciones integrantes de los Consejos de la Cibiogem; a los científicos de la academia, la cadena de valor y los que fungen como consultores técnicos; y también se incluye la participación de especialistas corporativos de AgroBio y empresas asociadas.
Finalmente, se les comunica que se celebrará un taller de compilación, integración y edición final de comentarios a llevarse a cabo el 26 y 27 de junio en un hotel de la ciudad de México. En el correo se menciona que las aportaciones se presentarán en el pleno de la Cibiogem y asimismo como un insumo formalizado para el Foro sobre la Reforma al Campo, en el tema de Biotecnología, que se llevará a cabo el 18 de julio en las instalaciones del CINVESTAV, en Irapuato.
La información revela pues que Cibiogem está supeditado y responde a las órdenes de las empresas corporativas que están marcando su agenda en la próxima reforma estructural: la reforma del campo. En semanas pasadas, el Dr. Francisco Bolívar Zapata, coordinador de Ciencia, Tecnología e Innovación de la oficina de la presidencia de la república, manifestó que el uso de transgénicos será un punto de discusión en la reforma agraria y “un tema que se debatirá en el próximo mes de julio en los foros organizados por Sagarpa, en los cuales la oficina de ciencia de Presidencia se enfocará a difundir la inexistencia de daños a la salud humana por el consumo de organismos genéticamente modificados (OGM)”.
Precisamente, el día 3 de julio, la Fundación Heinrich Böll presentó el documento: “30 años de plantas genéticamente modificadas – 20 años de cultivo comercial en los Estados Unidos: una evaluación crítica”. En este evento estuvieron presentes la representante de la Fundación, Ingrid Spiller; Silvia Ribeiro, investigadora del grupo ETC; Cati Marielle, investigadora del grupo GEA; y Alejandro Calvillo, presidente del Poder del Consumidor. Los ponentes dieron su visión sobre el panorama que existe en Estados Unidos a raíz de la introducción de los organismos genéticamente modificados:
Los únicos beneficiados por los cultivos transgénicos son las grandes corporaciones mientras que existen graves daños al medio ambiente y a la salud de todos los seres vivos.
El dictamen de Ribeiro también fue claro y contundente: “no se puede hablar de bioseguridad si hablamos de transgénicos”. En México, cuna del maíz, permitir que triunfen los intereses de las corporaciones aliadas al gobierno por encima del interés del pueblo, es ser cómplices de la depredación. No nos podemos callar.
*La autora es socióloga mexicana y activista por la seguridad alimentaria.