La propiedad de la tierra, la deuda de Latinoamérica con los indígenas
· La CEPAL señala que exsiten más de 200 conflictos por actividades derivadas de la minería o la extracción de hidrocarburos
Elena Reina
El país
22 de septiembre de 2014
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha presentado este lunes un informe sobre la situación de los pueblos indígenas en el que reconoce algunos avances en la región en materia de educación y salud, pero apunta hacia un eterno desafío: el reconocimiento de los derechos territoriales, que incluye el control de los recursos naturales. Así, se detectaron entre 2010 y 2013, más de 200 conflictos en territorios ligados a actividades de extracción de hidrocarburos y minería.
El documento se presenta en el marco de la primera Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas, los días 22 y 23 de septiembre en la sede de Naciones Unidas en Nueva York. En ella, representantes indígenas y políticos se han reunido para discutir compromisos y medidas destinados a llevar a la práctica lo fijado en la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de 2007. Y ha arrancado con un llamamiento sobre la necesidad de tomar medidas para garantizar los derechos de estas comunidades y terminar con la discriminación y los altos niveles de pobreza que sufren en muchos países.
El estudio de la CEPAL señala que existen en América Latina cerca de 45 millones de indígenas, lo que supone un 8,3% de la población regional. Estos están integrados en 826 pueblos, casi 200 más respecto a los datos de los que disponía el organismo en 2006.
El documento apunta a una reducción de los fallecimientos de menores de cinco años y al aumento en las tasas de asistencia escolar. Aunque destaca aún «brechas significativas» en la culminación de la educación media y en el acceso a la superior. Se advierte también un ligero aumento de la participación política de los pueblos indígenas, pero sigue habiendo una escasa representación de estos pueblos en órganos de los poderes del Estado.
El texto recalca que si bien se observan algunos progresos en el derecho al consentimiento libre, previo e informado y en los sistemas de autogobierno de los pueblos indígenas, «estos resultan aún insuficientes en relación a los estándares internacionales que reconocen el derecho fundamental a la libre determinación de estos pueblos».
Una de las medidas acordadas este lunes por los Gobiernos en la conferencia fue la de cooperar más estrechamente con los representantes indígenas y facilitar su participación en el seno de Naciones Unidas. En las conclusiones de la cumbre de este primer día ha quedado recogido el compromiso de asegurar el respeto de las tradiciones indígenas y la igualdad de acceso de esos pueblos a servicios como la educación, la sanidad, la vivienda o el agua. «Es muy importante tener promesas de los Gobiernos, pero es aún más importante ver que actúan», subrayó en la apertura el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
La guatemalteca Rigoberta Menchú, premio nobel de la Paz, que intervino en el acto, destacó los «avances extraordinarios» logrados por los indígenas en las últimas tres décadas e hizo un llamamiento a los jóvenes para seguir construyendo sobre el «legado» que la cumbre les ha dejado. A su vez, el presidente de México, Enrique Peña Nieto pidió «unión a todo el mundo para terminar con la discriminación que sufren esas comunidades».
El mandatario de Bolivia, Evo Morales, del país con mayor proporción de población indígena (62,2%), manifestó que «es un imperativo para todos los gobiernos del mundo avanzar en la superación y erradicación de la discriminación que todavía sufren los pueblos indígenas para dar solución a los problemas estructurales de pobreza».
La cumbre proseguirá el martes con la participación de numerosos líderes políticos y representantes de la sociedad civil, que aprobarán un documento con compromisos y medidas para tratar de avanzar en el respeto de los derechos de los pueblos indígenas de todo el mundo.