Ayotzinapa. Cuando el juvenicidio sale a la luz pública
J.M. Col·lectiu RETS
11 de noviembre de 2014
México es desde hace años víctima de una guerra inhumana, que se está llevando más vidas que los conflictos que aparecen cada día en las televisiones de todo el mundo, pero tiene que suceder una masacre como la de Ayotzinapa para que se rompa el cerco mediático y aparezca la cara oscura del desarrollo económico mexicano.
Sin duda, el caso de los 43 estudiantes normalistas de Iguala no es un caso aislado, sino que es una muestra más de esta emergencia que la Audiencia trans-temática sobre juventud del Tribunal Permanente de los Pueblos ha calificado como juvenicidio. Es decir, la violencia sistemática que reciben las personas jóvenes, principales víctimas de una guerra que las asesina, las desaparece, las explota, las deja sin derechos y sin libertades y les quita su fuerza vital y juventud. El trabajo de sistematización de vulneraciones de derechos humanos realizado por la Audiencia del TPP, muestra como el caso de Ayotzinapa no es sólo un fallo puntual, sino que es un crimen de Estado que evidencia la gravedad del narcogobierno. Además demuestra que no se trata sólo del narco, sino que es el reflejo del proceso de desestructuración social de México como consecuencia del avance del neoliberalismo y el libre comercio a raíz del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), entre otros.
En México, a medida que el gobierno invierte sus prioridades para defender los intereses económicos de su gente así como del capital transnacional, la vida va perdiendo valor. Todo se pone al servicio del beneficio económico independientemente de sus consecuencias, el narco y la violencia sirven para justificar el Estado de excepción, mientras que el miedo reprime mejor que ningún ejercito las resistencias y rebeliones. En este contexto, los y las jóvenes mexicanas se han convertido en una mercancía más, en un “bono demográfico” para intercambiar en los mercados internacionales. Da igual si no reciben un salario digno, si trabajan en condiciones de esclavitud o si están la mayor parte de su tiempo desempleados o en empleos precarios. Además, para crear este ejército de reserva dispuesto a ofrecer mano de obra barata a las transnacionales, el Estado mexicano se alinea con el resto de países del mundo que están reformando sus sistemas de educación para ponerlos al servicio de las necesidades del capitalismo global.
Los desaparecidos de Ayotzinapa son víctimas de un gobierno tomado por el narco. Pero también de un gobierno al servicio de los intereses económicos, al que le conviene acabar con la resistencia en Guerrero para dejar paso libre a las mineras. Así como acabar con los estudiantes normalistas, provenientes de las zonas rurales más pobres, que plantean una de las resistencias más fuertes a las reformas educativas neoliberales. El caso de los normalistas, se suma al caso de tantos otros jóvenes en México que por ser campesinos, indígenas, migrantes o mujeres, pierden sus derechos y son tratados como si su vida no valiera nada.
Esta Audiencia del TPP Capítulo México, recoge detalladamente más de 70 casos de vulneraciones de derechos humanos que han quedado impunes. Se trata de un esfuerzo enorme por parte de la sociedad mexicana para hacer frente a la impotencia, juzgar al Estado mexicano y poder decirle al mundo que el libre comercio, el narco y un Estado corrupto y criminal les está matando. En este esfuerzo, tendremos que dar nuestro apoyo en la difícil tarea de romper el cerco mediático tan bien construido por Peña Nieto, que impide hablar de México si no es para hablar de su supuesto desarrollo.
Más información: http://tppmexico.org/